LA ECONOMÍA SUMERGIDA: CÓMO COMPLICAR EL ANÁLISIS

Marco Zurru
2023-01-01

2023
978-84-1381-618-0
Una de las primeras evidencias paradójicas, incluso a ojos de los no expertos, es que, para vivir y proliferar, muchos sectores de esa parte de la economía que se define como "subterránea" deben ser explícitos, abiertos a la mirada de la mayoría de la gente, literalmente a la vista de todos. En gran medida, esto es consecuencia directa de la enorme variedad de situaciones a las que debemos referirnos cuando utilizamos este término: la economía sumergida (o irregular, informal, oculta) incluye, de hecho, todos aquellos procesos de producción e intercambio de bienes y servicios que tienden a escapar, en uno o varios aspectos, de aquellos elementos fundamentales que caracterizan a la economía formal: estar regulados por el mercado, estar sujetos a la fiscalidad, a los seguros y a la legislación laboral y, finalmente, ser realizados por unidades económicas diferenciadas del resto de la sociedad, empresas industriales y comerciales. Dicho así, una definición en negativo (lo sumergido es lo que no es formal), engloba la capacidad de mantener unidas actividades muy diferentes entre sí: el trabajo a domicilio, el doble trabajo, el fraude fiscal, los servicios de trabajo a terceros que no están regulados por un contrato de trabajo o un código profesional, la distribución de sustancias estupefacientes, el contrabando, la producción y distribución de cualquier bien lícito realizado en violación parcial o total de la legislación laboral, comercial, de contratos sindicales, etc. La enorme variedad determina su formidable visibilidad, mientras que el hecho de estar definida en términos negativos determina su continua mutabilidad: a pesar de que se hacen esfuerzos por sistematizar la economía sumergida en categorías precisas, cualquier expansión, transformación, ampliación de las fronteras de la economía formal determina la extensión paralela del perímetro de la irregular. Esto se debe a una de esas paradojas sobre las que la literatura discute a menudo: sin reglas, la economía sumergida no existe. Una vez definidos, los sistemas de regulación tienden a generar -por razones muy diversas- resistencia y oposición por parte de algunos sectores de la sociedad; es la propia norma la que, con ella misma y en la acción práctica, preserva la posibilidad de su excepción. Aquí, pues, el orden crea desorden y la economía regular crea su propia informalidad. De ello se derivan otras consecuencias: los elementos constitutivos de la economía sumergida varían en los distintos países y a lo largo del tiempo, ya que son precisamente las definiciones normativas las que cambian en el tiempo y en el espacio; lo que está en la sombra y es perseguido en un lugar, puede ser perfectamente legal en otro; la misma actividad económica puede cambiar su posición en el eje formal/sumergido varias veces en el mismo país; por último, la propia irregularidad de cualquier comportamiento económico podría disolverse si el Estado renunciara a su papel regulador
FORMAL-INFORMAL
ECONOMÍA SUMERGIDA
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Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/11584/342937
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